Aunque la maniobra del régimen castrista para vaciar de billetes verdes físicos a los cubanos al parecer no fue tan sustanciosa como esperaba la mafia militar gobernante, sí logró ensañarse con la gente más pobre, a la que despojó de la mayor parte de los pocos dólares que tenía, o de todos en algunos casos.

Según las cifras preliminares obtenidas por periodistas independientes el régimen captó unos 50 millones de dólares entre el 11 y el 20 de junio, una cifra inferior a la que esperaba. En toda la isla hay 836 oficinas bancarias, incluyendo 234 del Banco de Crédito y Comercio, 487 del Banco Popular de Ahorro, 84 del Banco Metropolitano, y 31 del Banco Financiero Internacional (BFI).

Quienes menos dólares tenían, obligados a depositar más

La cantidad exacta de dólares succionados nunca se conocerá. Y si se publica alguna estará manipulada. Eso está en el ADN del castrismo. Pero si da como cierta la cifra citada antes eso es poco, porque a no dudarlo en Cuba hay una mayor cantidad de billetes verdes que los depositados en esos nueve días.

Lo que pasa es que la posesión de dólares es muy desigual en Cuba. Hay quienes tienen pocos o muy pocos dólares, y otros tienen más, o muchos, porque operan en el mercado monetario informal y tienen ganancias, o porque son campesinos, o dueños de negocios exitosos antes de la pandemia y acumularon dólares.

Obviamente los que menos dólares tenían fueron los que tuvieron que depositar un mayor porcentaje de su escaso capital forzados por la necesidad de comprar en las shopping. Sin embargo, muchos no los depositaron todos. Sabían que no los verían más nunca, y también que los podrían cambiar por pesos en la calle al doble o el triple de la tasa oficial de 24×1, para luego con pesos comprar euros a menor costo para ellos.

Razones por las que quienes tenían más depositaron menos

En tanto, los mayores poseedores de dólares se quedaron con un mayor porcentaje de ellos sin depositar por dos razones: 1) el dólar es la moneda más universal, nunca perderá su valor y porque dada la explosiva situación social en el país quieren tenerlo como garantía de seguridad y protección financiera, pase lo que pase en Cuba, y 2) pueden cambiarlos por euros (necesarios ahora para comprar en la shopping) y venderlos en la calle a 90 o 100 pesos. Un negocio redondo.

También jugó un papel importante para no depositar todos los dólares el pretexto tan burdo del régimen de que no podía operar con dólares en la banca internacional pues el “bloqueo” de EEUU lo impedía, y que como resultado de eso las arcas del Estado estaban repletas de dólares y era necesario sustituir al dólar por el euro en la isla.

Falso. Excepto en EE.UU, Cuba tiene cuentas en todas partes del mundo y realiza operaciones de todo tipo. Si el régimen no puede efectuar operaciones comerciales y financieras en la banca extranjera es porque no tiene dinero. Y todo se agrava porque no cumple con los bajísimos pagos negociados de una deuda que le fue perdonada en un 80%.

De manera que la necesidad urgente de captar dólares como sea, o euros para poder pagar lo que debe al Club de París, fue un factor clave para lanzar el saqueo de dólares dentro de Cuba.

Ultimátum del Club de París fue clave para el despojo de dólares

El 9 de junio de 2021, un día antes del anuncio del “corralito” de dólares en la isla, el gobierno fue informado desde París por el ministro Ricardo Cabrisas de que el Club de París solo daba de plazo un año más a Cuba para pagar los casi 100 millones de dólares atrasados que tiene, o el país sería declarado en default.

Default significa legalmente “estar en rebeldía”, “no presentarse”, “negarse a pagar”. Es como la sentencia de un juez global. A quien se la aplican lo convierten en paria universal. Para Cuba sería el colapso total de la economía. Ni siquiera los países “amigos de Cuba” le darían crédito alguno. Y judicialmente los acreedores podrían embargar activos de Cuba en el exterior, y perseguir transacciones financieras cubanas para cobrarlas y saldar las deudas.

Cabrisas una vez más juró al Club de 14 países acreedores que Cuba sí va a pagar, que tengan paciencia. Pero esta vez el cuento no funcionó. Si antes del 11 de junio de 2022 Cuba no paga que se atenga a las consecuencias.

De manera que la necesidad urgente de captar dólares como sea, o euros para poder pagar lo que debe al Club de París, fue un factor clave para lanzar el saqueo de dólares dentro de Cuba. Encima, el 10 de junio el Parlamento Europeo aprobó la más fuerte condena internacional que ha tenido el régimen castrista desde que fue expulsado de la OEA en 1962.

La operación “Despojo de Dólares” agrava el hambre y la pobreza

Fue con ese par de batacazos propinados por Europa, no por Washington, que la cúpula dictatorial se mandó a correr y puso en marcha la recaudación de dólares, al tiempo que con dicha medida desviaba la atención mediática de la histórica condena de la Eurocámara.

Lo peor de todo esto es que pese a que la tiranía no logró engañar a la ciudadanía con su operación “Despojo de Dólares” para captar toda la masa de dólares que guardan los cubanos bajo el colchón, sí le sirvió para erosionarles a no se sabe cuánto miles de familias la mayor parte de sus pocos e imprescindibles dólares. Al final, fue un golpe bajo al pueblo cubano que agrava el hambre y la pobreza.