Benito Mussolini creó los destacamentos fascistas “facii di combatimento”, luego llamados Camisas Negras por el color de sus uniformes. Adolfo Hitler organizó los suyos, las Camisas Pardas, y los hermanos Fidel y Raúl Castro crearon las Milicias Nacionales Revolucionarias (camisas azules), luego las Brigadas de Respuesta Rápida (BRR) y como fase superior de éstas los Batallones UJC-MININT.

Por eso cualquier estudio que se hace de las semejanzas entre el castrismo y el fascismo en Italia y Alemania, por somero que sea deja a muchos boquiabiertos.

Bajo el lema “Sirviendo a Dios y la Patria” las Camisas Negras se encargaban de hacer el “trabajo sucio” del partido fascista de Mussolini: reprimían brutalmente a los civiles que se manifestaban contra el ideario fascista. Con ellas al frente el líder fascista había tomado el poder en 1922. La misma misión tuvieron en la Alemania hitleriana las Camisas Pardas nazis, que terminaron siendo tropas fanáticas de asalto que asesinaban civiles en las calles.

Solo China tuvo también hordas fanáticas represivas

Salvo los guardias rojos de Mao Tse Tung, que en China sembraron el terror y asesinaron a miles de personas durante la “revolución cultural“, en ningún otro país comunista hubo este tipo de milicias represivas paramilitares de civiles manipulados por el dictador. En la Unión Soviética y demás países comunistas era la policía gubernamental la que se encargaba de reprimir, no fuerzas paramilitares de fanáticos alienados sin uniforme.

Los Batallones UJC-MININT son un invento poco conocido por la ciudadanía, fundamental en la maquinaria represiva del régimen de Raúl Castro (seguirá siendo el dictador mientras viva). La estructura y funcionamiento de estas huestes represoras se han podido conocer mejor por el testimonio de Dannier Nocedo, ex jefe provincial de esos batallones en Las Tunas (hasta 2018), quien explicó a un periodista independiente que esas milicias son un brazo represivo sometido y manejado directamente por la Seguridad del Estado.

Bandas paramilitares como las de Italia y Alemania fascistas

Esos batallones , que violan la Constitución comunista por su carácter paramilitar como las Camisas Negras, las Camisas Pardas y los guardias rojos chinos, surgieron en 2007 por un convenio entre la Contrainteligencia del MININT y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC)

Aunque integrado por civiles, están organizados militarmente en destacamentos, compañías y escuadras. Su principal misión es reprimir a los opositores políticos y defensores de los derechos humanos. Nocedo explicó que el MININT convoca a los dirigentes de los CDR y les da los detalles de cómo hostigar, reprimir y realizar el acto de repudio en cuestión. Cada batallón lleva carteles, fotos, consignas revolucionarias y música preparadas por la UJC para el acto fascista.

Le dieron tan fuerte en el vientre que escupía sangre

Narró Dannier que en Providencia 4, un poblado pequeño de Las Tunas, le organizaron un acto de repudio a activistas de la UNPACU. “Esa parte yo no la vi porque llegamos tarde –dijo–, pero nos contaron que aquello fue brutal. Apenas los activistas se bajaron de la pachanga ya había grupos represores esperándolos y les dieron tremenda entrada a golpes: a uno tuvieron que cogerle puntos en la lengua y a otro le hicieron un ultrasonido porque le dieron tan fuerte en el vientre que escupía sangre”.

También esos batallones son los que montan guardias frente a las viviendas de los periodistas, opositores y otros activistas e impiden que salgan a la calle. Aclaró que siempre son dirigidos por un oficial regular del MININT. En todas las provincias del país esos batallones funcionan de la misma forma.

Antes de reprimir y hacer un acto de repudio un miembro del batallón va al barrio, primeramente, se reúne con los dirigentes del CDR y les inventa historias nefastas y de delitos comunes, difamación en grande, sobre el opositor que va a ser repudiado. Muchos cederistas gritan contra el activista sin saber si es verdad o mentira lo que le dijo el militante de la UJC en la reunión que tuvieron.

Son tan anticubanos como los voluntarios criollos en el siglo XIX

Si a estas alturas de los sufrimientos del pueblo de Cuba hoy jóvenes se integran a fuerzas paramilitares para reprimir a quienes quieren la libertad de la nación, eso es ser tan anticubano como lo fueron los jóvenes criollos antipatriotas y procolonialistas que durante las guerras de independencia se unían a los Cuerpos de Voluntarios Españoles para reprimir a los independentistas cubanos. Vale recordar que en la última guerra (1895-1898) de los 4,219 voluntarios que murieron, 1,480, eran cubanos antipatriotas; el 35%.

¿Para eso ha quedado la UJC, para emular con las hordas paramilitares fascistas de Mussolini y Hitler, o con los guardias rojos de la “revolución cultural” de Mao Tse Tung, o con los voluntarios cubanos del siglo XIX que se prestaban para reprimir a sus compatriotas que querían la independencia de Cuba? ¿Ha quedado la UJC para hacer el “trabajo sucio” del fascismo castrista?

Esas y otras muchas preguntas debieran responderse urgentemente en los Comité de Base de la UJC desde San Antonio a Maisí.