“El cuentapropismo en Cuba es una utopía, porque tú sueñas que te van a dar la oportunidad (…) y son tantas las zancadillas que te ponen que te quitan los cuatro pesos que tienes (…) todas las formas de trabajo privado han ido al piso, es increíble lo que nosotros estamos viviendo”.

Así comentó el cuentapropista y periodista independiente Guillermo del Sol del anuncio oficial de la “liberación” del trabajo por cuenta propia. Agregó que el trabajo privado en Santa Clara “está en cero (…) ya no se ven carretilleros, ni cocheros en las calles y la mayoría de las guarderías han cerrado.”

Como discípulo de la propaganda más sofisticada de Joseph Goebbels, Fidel Castro repitió mentiras una y otra vez para convertirlas en “verdades”. Y Miguel Díaz-Canel, fiel al legado del Fuhrer cubano, hace lo mismo. Dice que su gobierno decidió “liberar el trabajo por cuenta propia en beneficio de los más de 600,000 cuentapropistas, duramente golpeados por el recrudecimiento del bloqueo contra Cuba y los efectos de la pandemia”.

Si no hay liberación de fuerzas productivas todo es una farsa

Falso, porque no hay liberación de las fuerzas productivas. Y EEUU no es culpable de nada. La pandemia lo empeoró todo, pero no fue la causante de una crisis permanente que se agravó en 2016 por el descalabro económico en Venezuela.

Además, un secuestrado no debe jamás agradecer a su secuestrador que lo haya liberado. Nunca debió secuestrarlo. Hay que rechazar el Síndrome de Estocolmo, que afecta a víctimas de secuestros y hablan bien de los secuestradores. En Cuba no debiera haber una dictadura comunista. Y punto.

Cuando Washington suspendió los viajes en cruceros a Cuba se desplomó la llegada de turistas estadounidenses a Cuba y luego la pandemia casi vació a la isla de turistas, pero si muchos cuentapropistas dependen casi exclusivamente de turistas extranjeros es porque no hay suficiente demanda de los consumidores cubanos.

El salario mínimo en Cuba es demasiado bajo. En enero de 2021 pasó de 16.60 dólares a $87.50 ($42 según el mercado informal) y la canasta básica no baja de $100 por persona. Con la reunificación monetaria el gobierno multiplicó por 4.9 los salarios, pero multiplicó los precios por 7 y hasta por 20. Ahora el poder adquisitivo en Cuba es más bajo que antes.

Pobreza impide demanda cubana de cuentapropismo

Baste saber que según el Banco Mundial el salario mínimo en Guatemala es de $384 dólares mensuales, cuatro veces superior al de Cuba. En Bolivia es de $308, triplica al cubano; Honduras ($279), El Salvador ($203), República Dominicana (185), y hasta Haití con $91 supera a Cuba. Y ni hablar de las naciones no tan pobres, como Chile ($452), Uruguay ($424), o Costa Rica, que con $521 sextuplica al de Cuba.

O sea, los cubanos no tienen dinero para constituirse en demanda para los cuentapropistas vinculados al turismo. Ni siquiera quienes reciben remesas, pues solo pueden comprar alimentos básicos, productos de aseo y otros imprescindibles, casi todos en las shopping o, o en el mercado negro. Nada de comprar souvenirs, pullovers, artesanías, vasitos de “granizado”, pasear en bicitaxis, o en “almendrones”, ni alquilar habitaciones en dólares, etc.

Esta “liberación” nació tarada. Siguen prohibidas 124 actividades; es decir, no se permite el trabajo privado de los profesionales, ni licencia para trabajar en medios de comunicación, industrias, Educación, o Salud Pública. Se excluye la asesoría o consejería privada en materia tecnológica, económica, legal, comercial, computación, etc. y el trabajo privado de arquitectos, ingenieros, economistas, contadores, médicos, dentistas, abogados, periodistas, artistas y expertos, bien como trabajadores contratados, o como cooperativistas o empresarios. Todos contribuirían a salir de la pobreza.

Tope de precio y costos abusivos arruinan a emprendedores

Se mantiene el tope de precios que arruina a miles de cuentapropistas. Se recrudece el acoso contra los emprendedores exitosos. No se abre un mercado mayorista en pesos cubanos para que los privados compren sus insumos y equipamiento. No se crean mecanismos bancarios para ofrecer créditos a bajo costo.

Por otra parte, los emprendedores no saben (casi ninguno) que el “bloqueo” de EEUU solo atañe al sector estatal. La ley Helms-Burton permite que los cuentapropistas y los campesinos cubanos comercien con EEUU, que reciban créditos y préstamos de Citibank, J.P Morgan, u otros bancos, y convertirse en grandes compañías y hacer negocios conjuntos con estadounidenses. Eso lo impide Raúl Castro, no EEUU.

Mensaje desesperado de Raúl Castro a Joe Biden

La verdad aquí es que la actual crisis socioeconómica la mafia militar dictatorial ya la percibe como peligrosa para la estabilidad política. Si la gente pasa hambre eso no le importa, ni que esté atenazada por la pobreza y el Covid-19.

Fue por el temor a una explosión social que después de cesar los subsidios soviéticos Castro I reabrió al fin los mercados campesinos, legalizó el dólar, aceptó inversiones extranjeras y autorizó el cuentapropismo. Ahora es Raúl Castro, también por temor a un estallido social, quien lanza esta “liberación”, desesperado también por la falta de “cash”.

Pero sobre todo es una publicitada movida de ficha (no es tal) que va como mensaje directo a Joe Biden para que no demore más el “deshielo”.