En medio de un creciente desenmascaramiento a nivel internacional (incluso en la ONU), al fin, de la naturaleza de esclavismo moderno del trabajo de los médicos enviados por el gobierno castrista a más de 60 países para apropiarse de sus salarios en divisas, a un cantante en la isla, Israel Rojas, se le ocurrió proponer que dichos galenos paguen al Estado el dinero que gastó en sus carreras de Medicina si quieren regresar al país en que nacieron.

Además de que es inhumano que un ciudadano por razones políticas no pueda regresar durante ocho años al país en que nació, con semejante propuesta Rojas evidenció que ha sufrido daño antropológico. Cree el cuento de que la educación en Cuba es gratuita y de que es el Estado benefactor el que sufraga su costo.

La gratuidad socialista es un cuento de caminos

Para empezar, la gratuidad en rigor no existe, y en Cuba es solo un cuento de caminos. Todo bien o servicio surgido del trabajo humano tiene un costo y alguien tiene que pagarlo. En países normales (capitalistas) el Estado sufraga servicios de educación, salud y sociales con el dinero de los contribuyentes. En Cuba el gobierno comunista lo que hace es apropiarse del grueso del salario que les correspondería devengar a los trabajadores. Es esa una de las causas del carácter explotador e inviable del socialismo.

Utilizando términos marxistas, el Estado marxista se apropia de la plusvalía creada por los obreros, que es el valor que el asalariado crea por encima del valor de su fuerza de trabajo. Y además se apodera también de una gran parte del valor creado por el obrero para mantenerse a sí mismo y su familia, y que le corresponde recibir en forma de salario.

O sea, el trabajador en el castrismo aporta mucho más dinero al Estado del que tendría que pagar en impuestos en un país normal. Eso explica los salarios miserables en Cuba. El salario cubano promedio, de $37, es la mitad del vigente en Haití.

La asombrosamente improductiva economía socialista cubana era incapaz de sufragar los cuantiosos gastos de educación, salud pública, y seguridad social. Era Moscú el que lo financiaba todo. Por eso al desaparecer la Unión Soviética se hizo pedazos la vitrina de la “potencia médica”

Los “logros de la revolución” los pagaba el Kremlin

Lo de la educación y otros servicios sociales gratuitos en Cuba fue un mito que muy bien montado por Fidel Castro, el mayor mitómano nacido en América, quien hizo creer a los cubanos y al mundo que eran “logros de la revolución”.

Falso. La asombrosamente improductiva economía socialista cubana era incapaz de sufragar los cuantiosos gastos de educación, salud pública, y seguridad social. Era Moscú el que lo financiaba todo. Por eso al desaparecer la Unión Soviética se hizo pedazos la vitrina de la “potencia médica”, la educación cubana cayó hasta la desastrosa situación en que hoy se halla, y los jubilados y ancianos reciben pensiones miserables que no sobrepasan los 16 dólares

¿Cuántos miles de millones de pesos deja de pagar el Estado cubano a los “trabajadores en el poder”?  ¿Cuántos miles de millones de dólares les roba a los esclavos de bata blanca en ultramar?

“Me robaron alrededor de 200,000 dólares de mi sudor…”

Es con ese dinero, todo malversado “legalmente”, que el Estado castrista pagó la carrera de los 35,000 médicos y técnicos de la salud que hoy son esquilmados en decenas de países.

A mí en casi seis años de misión me robaron alrededor de 200,000 dólares de mi sudor y sacrificio. ¿Qué más tenemos que pagarles?”. Así se expresó indignada Hilda Mosquera, quien como profesional de la salud estuvo trabajando como esclava moderna de bata blanca para el régimen cubano.

Es decir, la carrera de Medicina la pagaron de sobra con su trabajo los padres de esos miles de hoy galenos cubanos en el exterior, y el Estado les roba ahora a sus hijos mucho más de lo que costó la carrera.

La canallada de prohibir el regreso a su propio país

Y encima sufren la canallada adicional de que a los médicos que dejan la misión y decide ejercer la medicina por su cuenta el régimen les prohíbe durante ocho largos años regresar a Cuba a reunirse con sus esposas e hijos, que no dejaron en la isla por su propia voluntad, sino porque se lo pusieron como la condición para ir a “la misión”.

¿Por qué? Para dejar a sus familias de rehenes, como un valladar para evitar lo que la dictadura llama “deserciones”, vocablo, por cierto, que es una admisión de son virtuales esclavos.

No se conoce ningún otro país comunista que haya enviado médicos al extranjero para confiscarles entre el 75% y el 80% de sus salarios. Además, como consecuencia de tantos galenos trabajando en el extranjero ha caído a niveles alarmantes la atención médica primaria y la especializada en todo el país.

La carrera de los médicos cubanos en el exterior, señor Rojas, fue pagada en demasía hace rato y ahora son víctimas de un despojo que es en un crimen de lesa humanidad.