El caso de Cuba es único en Occidente. El pueblo no elige a sus gobernantes desde 1948, cuando prácticamente todas las naciones de África, excepto Egipto, Etiopía y Liberia, y 12 de Asia, eran aún colonias y en América Latina no existía la televisión, ni había satélites en órbita. Eso parece historia antigua.

Hoy, 72 años después, manda en la isla la misma dictadura militar que se instaló en el poder en 1959. Dos tiranos implacables en casi dos tercios de siglo solo han hecho promesas sin cumplir una sola. Han empobrecido a los cubanos a niveles de la Edad Media.

El colmo llegó hace unos días cuando el dictador Raúl Castro dio el golpe de gracia incluso al propio discurso castrista de igualdad y justicia social de la “revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes” que proclamara su hermano Castro I como vitrina utópica hace 61 años.

Se están poniendo en marcha medidas que constituyen un parteaguas definitivo en la sociedad cubana. Ahora ya es cosa oficial lo que era evidente pero castigado como expresión “contrarrevolucionaria” a quien lo decía: en Cuba hay ciudadanos de primera y de segunda clase. Pertenecer una u otra clase social depende de si se dispone, o no, de una moneda extranjera, la procedente del “enemigo”. Quién se lo habría dicho al Che Guevara.

¿De qué sirven ahora los pesos cubanos (CUP)?

Los cubanos de primera clase ahora compran en dólares en 72 nuevas tiendas alimentos y productos de gran necesidad que no hay en pesos cubanos (CUP) hace meses o años. Y a partir de septiembre de 2020 la corporación militar CIMEX también abrirá mercados mayoristas en todas las provincias, para vender solo en dólares a empresas mixtas, cooperativas, y trabajadores por cuenta propia, alimentos, productos, de higiene, muebles, ferretería, electrónica, equipos, computadoras, y otros.

Muchos cuentapropistas se arruinarán

Eso va a arruinar a muchos cuentapropistas que no obtienen dólares, o los ganan en tan poca cuantía que no pueden gastarlos en su aprovisionamiento. Y al tener que acudir al mercado minorista y pagar un precio más alto no podrán competir con sus colegas con acceso al mercado mayorista.

Millones de cubanos ya no pueden comprar dólares al precio de antes de 0.87 centavos de CUC por dólar, sino a 1.50 y hasta 1.95 CUC por dólar. Y peor, con CUC ya no se puede adquirir casi nada, pues las tiendas en CUC ofrecen cada vez menos productos. Y el CUP ya no sirve para comprar CUC para adquirir productos en esas tiendas bien surtidas, pues no aceptan CUC.

A esto se agrega la supresión del gravamen del 10% al dólar y se aprecia el proceso de dolarización al menos en el comercio interior cubano, en el que el CUC va a ir siendo desplazado por el billete verde Made in USA.

Esta es la forma que cree haber encontrado la tiranía para tratar de evitar el colapso de la parasitaria economía cubana sin liberar las fuerzas productivas. Un derrumbe económico arrasaría con el estamento militar que ostenta el poder. Por eso acude sin pruritos ideológicos a la “gusanera” en el exterior para que envíe más dólares y productos a la isla.

El precio de un kilogramo de carne de res en esas 72 tiendas citadas es de hasta $23.80 dólares, más de la mitad del salario promedio en la isla, el 70% del salario mínimo de $16.

Un kilogramo de carne cuesta medio salario mensual

Todas esas tiendas en divisas nutren las arcas, no del Estado civil que da la cara a las necesidades de la población, sino al imperio GAESA de las fuerzas armadas. En este caso la extorsión del pueblo rompe todos los límites. El precio de un kilogramo de carne de res en esas 72 tiendas citadas es de hasta $23.80 dólares, más de la mitad del salario promedio en la isla, el 70% del salario mínimo de $16, y el doble de una jubilación. Es como pagar $2,822 dólares por un kilogramo de carne en un supermercado de Hialeah. Pura ciencia ficción.

¿De qué sirven ahora los pesos cubanos, la moneda con la que se pagan los salarios y las pensiones? Circulan en Cuba tres monedas: CUP, CUC y el dólar, y es la moneda nacional precisamente la que tiene menos poder adquisitivo, dada la incapacidad de la economía castrista para sostenerla y generar riquezas. El dólar “enemigo”, por cuya sola posesión fueron tantos cubanos a la cárcel hasta 1993, es ahora la única moneda con verdadero poder de compra. El CUC se devalúa aceleradamente y el CUP es cada vez más inútil.

Las familias cubanas ahora para sobrevivir tendrán que buscar fuentes de divisas a como dé lugar. Quienes no reciban billetes verdes de EE.UU y otros países se empobrecerán aún más y probablemente pasarán hambre. Y quienes sí los reciben pedirán a sus mecenas que les envíen un poquito más, pues los precios son estratosféricos.