El gobierno cubano quiere ahora directamente los dólares de la “mafia de Miami”. No le basta las transferencias por Western Union. Gráfico: Business Wire

Si algo ha revelado de manera grotesca el fracaso estruendoso del modelo estalinista cubano ha sido la decisión de abrir decenas de tiendas estatales para vender a la población ciertos productos para ser comprados con tarjetas de cuentas bancarias en Cuba cargadas con remesas en dólares del exterior.

Cuba depende más de EE.UU y de los ciudadanos cubanos de segunda clase residentes en el exterior que nunca antes en su historia. La elite de poder cubana incapaz de sostenerse a sí misma necesita desesperadamente del dinero de la “gusanera” en EE.UU para sostener su terror. Quieren que los subsidie la Mafia de Miami ahora que ya no encuentran mecenas idiotas.

Es asombroso cómo la cúpula castrista ante la gravedad de una crisis socioeconómica cuya solución necesariamente es liberar las fuerzas productivas, se aferra  al dogma fidelista-estalinista y quiere seguir viviendo de la caridad pública, chupando recursos financieros ajenos antes de permitir la libre empresa y generarlos en el país. ¿Ha habido nunca un gobierno más antinacional?

Contra toda lógica, con esta medida el castrismo se torna más estalinista. Controlará el envío de remesas, que en este caso se realizarán exclusivamente desde el exterior mediante transferencias internacionales. Serán depositadas en cuentas bancarias que el Estado puede hasta confiscar (a quien se porte mal), o tomar “prestadas” ocasionalmente, como ya hizo antes con las cuentas de empresas extranjeras.

Dadas experiencias anteriores es perfectamente previsible una situación en la que un usuario al llegar a la tienda se puede encontrar que su tarjeta en ese momento no tiene fondos suficientes, porque el Estado los gastó o congelo provisionalmente. Y le dirán tranquilamente: “disculpe compañero, vuelva dentro de unos días”.

Esta medida deja sin empleo a miles de personas, llamadas “mulas”, que compran mercancías en Panamá, Guyana y otros países para venderlas en Cuba, o que las trasladan desde EEUU a la isla.

Por otra parte estas ventas contra dólares depositados en el banco constituyen un regreso a la dolarización de la economía, como en los años 90, cuando el dólar llegó a cotizarse a uno por 150 pesos cubanos.  Obviamente la gente ahora ya no va a querer CUC, sino dólares.  Ya veremos cómo el CUC se irá convirtiendo en un papelito sin mucho valor de cambio que digamos y el peso cubano se depreciara aun más. Poco duro la alegría de los aumentos de salarios en moneda nacional. Bienvenidos a Venezuela.

El gobierno cubano quiere apoderarse directamente de las remesas de la “mafia de Miami”

El gobierno no tiene dinero para importar ni petróleo, comida ni medicinas y de pronto decide comprar equipos electrodomésticos. ¿Por qué?

Porque es el modo de apropiarse de firma rápida de las remesas. No importa que la gente pase hambre, lo que importa es mantenerse en el poder y para ello el dinero del cacareado “enemigo imperialista” es clave. Se compran esos equipos que la gente necesita, se les infla el precio hasta en un 300% y se venden contra dinero fresco enviado desde el Norte.

La “mafia de Miami” es la mayor fuente de divisas en Cuba

La isla en 2018 solo exportó bienes por $2,406 millones porque no produce casi nada, por lo cual la mayor fuente de divisas de Cuba hoy es EEUU que no le compra el 57%, pero sí le envió en 2018 más de $7, 500 millones en remesas, paquetes y viajes turísticos, más del triple del valor de los bienes exportados.

Si alguien cree que es una exageración afirmar que Cuba depende hoy de sus ciudadanos de segunda clase tenemos una sugerencia: imagine por un instante que Washington prohíba los viajes, remesas y paquetes hacia la isla. ¿Qué pasaría? Muchos no quieren ni imaginárselo, incluidos Raúl Castro y Díaz-Canel.

Los cubanos en el exterior tienen el derecho a apoyar a sus familiares.La dictadura -que los trata cono ciudadanos de segunda, con epitetos despectivos que van desde “gusanos” hasta la “mafia de Miami”- no tiene el derecho a apropiarse del fruto del trabajo de esos cubanos ninguneados hasta hoy.

El exilio puede hoy obligar al regimen a levantar su bloqueo interno sobre la libertad e iniciativa económica de los ciudadanos.