Hace 63 años en Cuba había un bovino por habitante. Hoy hay tres habitantes por bovino. Hay 3.8 millones de reses, cifra inferior a los 3.9 millones de 1918. Las vacas se mueren como moscas y no precisamente por la sequía como asegura el régimen. Las que viven están esqueléticas y apenas dan leche y carne. Los cubanos, antes en la punta de América Latina en consumo de carne y leche fresca, ahora ocupan el último lugar según estadísticas internacionales.

Esos son los “logros” del socialismo en la ganadería cubana. Contrastan con un informe de la FAO según el cual en diciembre de 1958 la producción de carne vacuna y leche constituía la segunda actividad económica agrícola de Cuba, después de la caña. Hoy la población apenas come carne, ni toma leche.

Murieron 41,000 reses en Camagüey, pero ¿fue la sequía?

Lo peor es que esta grave situación empeora por día. En 2020 en la provincia de Camagüey murieron más de 41,000 reses, informó el periódico provincial Adelante al reseñar una reunión de funcionarios del PCC y del Ministerio de la Agricultura en la que se culpó de todo a la sequía. Dijeron que si un bovino no bebe agua en 24 horas pierde el 10% de su peso corporal.

Pero esta vez surgió una voz oficial discordante. El director de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico, Julio Cesar Montalvo, dijo a la TV provincial que “los 54 embalses del territorio almacenan 777 millones de metros cúbicos de agua, la mayor capacidad de llenado de la última década para esta época del año (…) hay garantía para terminar 2021 y trabajar el primer semestre de 2022, aun si no lloviera más en la provincia”, la segunda con mayor capacidad de almacenamiento de agua en Cuba.

El socialismo es el que ha acabado con la ganadería

O sea, quedó claro que fue por la desorganización y la desidia inherentes al socialismo que tantas reses mueren y enflaquecen. En 2020 Camagüey dejó de entregar al país 13 millones de litros de leche, pues de 161,449 vacas en edad reproductiva solo están siendo ordeñadas 74,995, el 46%. Y solo están en el programa de inseminación artificial el 34% de todas las vacas y novillas en edad reproductiva. ¿Tiene eso que ver con las lluvias?

En Camagüey hay noches en las que los proveedores del mercado negro se roban entre 30 y 120 reses. Y de allí salen la carne y los derivados que abastecen el mercado negro de Varadero y La Habana. Claro, el riesgo de ser sorprendidos al robar ganado y recibir entre 7 y 10 años de cárcel es cargado luego al precio de venta.

Eso y una demanda de carne infinitamente más alta que la oferta, y los costos de comercalización, explican los precios de 150 pesos la libra de carne vacuna, y de 70 pesos la libra de queso.

Y todo eso pese a que Camagüey no hace mucho 36 millones de euros (44 millones de dólares) del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (de la ONU) para… el ¿desarrollo ganadero?

El desastre ganadero, otro elocuente récord castrista

El desastre ganadero se extiende a toda la isla. En otra región muy ganadera, la hoy provincia de Las Tunas, solo en el primer semestre de 2020 murieron 7,069 reses, 2,593 reses más que en todo el año 2019, según fuentes oficiales. No hay cifras del año completo. Y nuevamente fue culpado el ogro “contrarrevolucionario”, la sequía. Solo se agregó que 922 reses murieron en “accidentes”, (léase mal manejo del rebaño).

Los periodistas independientes destacan que esa zona ganadera tunera está muy cerca de los dos ríos más caudalosos de Cuba: el Cauto y el Toa, y que nada se hace para llevarle agua al ganado. Encima, solo se prepararon para sembrar pastos 4,049 hectáreas y no las 5,077 planeadas.

Lo mismo ocurre en todo el país. Hay sequías, como en todas partes, pero en Cuba a causa del Estado controlador y centralizador no se construyen lagunas y tranques de agua extraída con molinos de viento, o transportada en pipas desde represas y ríos. Tampoco se siembran suficientes pastos. A nadie le importa.

De 6.7 libras mensuales de carne de res per cápita a casi nada

El contraste con el pasado es alucinante. En 1958 en Cuba había 940,000 vacas en ordeño que produjeron casi 1,000 millones de litros leche fresca (960 millones), medio litro diario por persona. Hoy no se produce ni el 33% de esa cantidad, para el doble de habitantes. El consumo de carne de res en 1958 fue de 81 libras (6.7 libras mensuales) por persona, según el Statistical Year Book de la ONU y el Ministerio de Hacienda de Cuba. Fue el tercero más alto de Latinoamérica luego de Argentina y Uruguay.

Y hay más, informes de la época de organismos internacionales afirman que Cuba a fines de los años 50 poseía la mejor ganadería tropical del mundo, y que ya había desplazado a EEUU en la exportación hacia Latinoamérica de sementales de la raza cebú, unos 1,000 anuales.

Podrían agregarse muchas cifras y datos más, pero ya parecen suficientes para conocer, grosso modo, la “obra de la revolución cubana” en materia ganadera vacuna.