“Seguiré haciendo periodismo independiente… cuando empecé estaba prohibido… ahora está prohibido… mañana parece que estará más prohibido,  lo único que no cambia es mi resolución de informar, contar y reportar. No me fui, no me voy, no me iré”.

Así afirmó Yoani Sánchez,  directora de 14ymedio, al dar respuesta en un twitter a la prohibición, ahora ya legal,  del periodismo independiente.

Desde Camagüey el periodista independiente  Henry Constantín le envió una carta abierta a Miguel, Díaz-Canel: “Estimados Presidente y miembros del Consejo de Ministros de la República de Cuba: Ineptos. Por favor, renuncien”.

“Vamos a seguir haciendo periodismo quiera el régimen o no”, reiteró enérgicamente el periodista independiente Vladimir Turró. Podrían citarse muchos más rechazos de periodistas a la decisión  de incluir el periodismo independiente entre las 124 actividades prohibidas para el trabajo por cuenta propia.

En vez de dar un paso lógico hacia adelante el régimen jurásico de Raúl Castro ha retrocedido profundamente.  El periodismo  privado no estaba permitido, pero tampoco estaba prohibido  oficialmente. Ahora, casi cuatro décadas después, es prohibido oficialmente,  y quien lo ejerza comete un delito.

Dictadura burla a Martí y con la palabra encubre la verdad

Quién lo habría dicho. El Héroe Nacional y periodista mayor cubano, José Martí, sostenía que “la palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla”. Pues bien, en la Cuba independiente que el forjó, hoy sometida dictatorialmente,  decir la verdad conduce  a la cárcel.

La regla de oro martiana  de que la veracidad es la cualidad primera en el periodismo  es pisoteada  por un régimen que se autoproclama  martiano y que tiene una “Oficina del Programa Martiano” y un “Centro de Estudios Martianos”. Allí  muchos burócratas coordinan “todos los empeños con relación a la más amplia difusión y conocimiento de la vida, obra y pensamiento de José Martí y la vigencia de su cosmovisión…”, según precisa  el sitio oficial Ecured.

No es posible mayor hipocresía. Para dar vigencia a la cosmovisión martiana lo que hay que hacer es convertir en prensa libre, privada, e independiente a todos los medios estatales castristas, que mienten las 24 horas del día.

Tarde o temprano habrá que hacer en Cuba un gran monumento en alguna plaza, y un museo, dedicados a los periodistas independientes. Son los únicos que dicen la verdad, con una valentía y un patriotismo admirables.

Hace 62 años uno de los primeros zarpazos totalitarios que dio Fidel Castro al asaltar el poder fue estatizar los medios de comunicación. Desde entonces los grandes medios impresos, radiales y televisivos en la isla son instrumentos de propaganda política que  distorsionan la realidad, mienten todo el tiempo, y calumnian para asesinar  la reputación  de los opositores y de  los comunicadores privados.

La verdadera y legítima prensa cubana

Pero ese monopolio mediático de la infamia fue roto a fines de los años 80 y principio de los 90. No había todavía  teléfonos móviles,  twitter, Facebook, ni siquiera computadoras en Cuba, pero un pequeño grupo de hombres y mujeres se desgajaron del imperio mediático del Partido Comunista e iniciaron el periodismo independiente, que luego se fue nutriendo rápidamente con más comunicadores profesionales.

Hoy son más de 240 periodistas que desafían  la represión y la cárcel, y plasman la triste realidad cubana. Renació así la prensa privada en Cuba. La verdadera. Sus reportes, investigaciones, fotos, videos y denuncias recorren  los 5 continentes. El mundo, y los cubanos conocen hoy mejor que nunca al castrismo por dentro, la represión, el presidio político, el hambre, la escasez y los abusos de una dictadura ya fascista de pies a cabeza.

Son los periodistas privados quienes preservan la hermosa tradición del periodismo cubano, desde Martí, Juan Gualberto Gómez, y tantos otros brillantes  próceres hostigados y encarcelados por el colonialismo español, y luego ejercido por brillantes periodistas durante la república.

Dictadura con represión no puede nadar contra la corriente

Eso no lo perdona la tiranía.  En 2019 un total de 154 periodistas independientes recibieron algún tipo de agresión gubernamental, denunció la Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP), incluyendo la  sentencia de un año de cárcel al  comunicador  (y abogado) Roberto Jesús Quiñones.  Hubo  41 arrestos arbitrarios, 38  interrogatorios policiales, allanamientos de viviendas, confiscación de medios de trabajo, y prohibición de salir de sus casas. A  ocho periodistas  se les prohíbe viajar al extranjero.

Son muy pocos los que no han sido arrestados, y muchos los que han sido encarcelados.  Además de Quiñones han cumplido sentencias de prisión  Ricardo  Bofill, Raúl Rivero, Jorge Olivera, Tania Díaz-Castro, Iván Hernández, Pedro Argüelles, Normando Díaz, Héctor Maseda, Albert Santiago, y otros.

Ahora con la prohibición ya  legal del periodismo legítimo en Cuba, el régimen pretende tapar las grietas del ya erosionado monopolio mediático comunista  por las que hoy se escapa la verdad cubana a diario. Pero los tiempos cambian. No lo van a lograr por dos razones:

  • Los periodistas independientes se niegan a renunciar a su noble misión de decir la verdad y han demostrado valor para desafiar a la dictadura; y,
  • La revolución tecnológica comunicacional inevitablemente seguirá abriendo grietas al carapacho mediático castrista.